Rolando Sarraff Trujillo a lo largo de sus años: en libertad, a comienzos de su cautiverio y una más reciente de su estadía en Villa Marista, en 2014.
Aunque ninguna autoridad norteamericana confirmó su identidad, el doble agente habría llegado ayer a la base militar Andrews de Maryland, junto a la comitiva que fue a buscar al empresario Gross. El espía nunca fue visto, por lo cual nadie pudo divisarlo y confirmar que se trate efectivamente de "Roly". La familia de Trujillo denunció que no saben nada de él desde hace 48 horas.
El presidente
Obama lo calificó ayer al agente "sin nombre" como "
uno de los activos de inteligencia más importantes que Estados Unidos ha tenido jamás en Cuba". Pero no dio más detalles. Sólo se sabe que es un "ciudadano cubano" y que su actividad en la isla fue "fundamental" para desarmar operativos de inteligencia del régimen en tierra norteamericana, según manifestó el director de
Inteligencia Nacional,
James Clapper, quien tampoco dio detalles sobre su nombre.
"Hoy (por ayer), Estados Unidos logró la liberación de un ciudadano cubano de una cárcel cubana y que prestó una ayuda crítica a Estados Unidos. La información que este individuo nos entregó condujo a la identificación e interrupción del trabajo de una serie de operacionales de la inteligencia cubana en Estados Unidos y contribuyó al éxito de sus encausamientos por cargos de espionaje en tribunales federales", señaló Brian P. Hale, portavoz de la Dirección de Inteligencia Nacional, en un comunicado. La descripción coincidiríacon la de Sarraff Trujillo.
Rolando Sarraff Trujillo sería el espía liberado por la dictadura cubana en el histórico intercambio de prisioneros.
Experto en contrainteligencia y en cifrado y encriptado de mensajes, su identidad jamás fue revelada por las autoridades de los EEUU ni por la cúpula militar de Cuba. Es un misterio saber si alguna vez lo harán.
Entre los casos más resonantes que resolvió el "agente x", se encuentra el de Ana Belén Montes, calificada como "maestra de espías" por el Pentágono. Montes tenía una posición privilegiada dentro del esquema de inteligencia norteamericana. La "doble agente" trabajaba formalmente en la Agencia de Inteligencia de Defensa (DIA, por sus siglas en inglés) y tenía a su cargo el análisis de los asuntos militares de Cuba. Fue desde esa esfera que la mujer -que cumple una sentencia de 25 años de cárcel- filtró información sensible a la dictadura durante más de 17 años.
Durante sus años dentro de la DIA, Montes recibió variadas distinciones por su trabajo, considerado de altísima calidad por sus superiores. Entre ellos un certificado especial que le entregó el director de la CIA, George Tenet, en 1997. Pero no sólo EEUU la premió. El régimen de los Castro también hizo lo propio, aunque la infiltrada jamás pudo mostrarlo.
La jornada de Montes era monótona: cuando terminaba su día laboral formal en la DIA partía rumbo a su departamento, en la calle Macomb Street, en Cleveland Park. La mujer, a sabiendas del riesgo que tomaba, nunca llevó un documento militar a su casa. Lo que hacía era memorizar lo que leía durante el día en su escritorio para luego volcarlo en largos informes en una computadora portátil. Los diskettes con información tendrían un rumbo único: Cuba.
Otro de los casos que ayudó a resolver el espía secreto liberado ayer por el régimen castrista es el de
Walter Kendall Myers. Conocido en la jerga como "
Agente 202",
Myers trabajó en el
Departamento de Estado durante tres décadas, periodo en el cual también elevaba informes para
Cuba. Junto a él fue también apresada su esposa,
Gwendolyn Steingraber. Ambos cumplen condenas de prisión perpetua desde 2009, cuando fueron descubiertos.
Walter Kendall Myers y su mujer, condenados por espionaje.
Por último, otra de las obras maestras en materia de información, fue la que permitió arrestar a losagentes de inteligencia del régimen infiltrados entre los disidentes cubanos en Estados Unidos. Tres de ellos continuaban detenidos hasta ayer, día en el que fueron devueltos a la isla:Gerardo Hernández, Ramón Labañino y Antonio Guerrero.
Estos agentes eran los que Sarraff Trujillo nombra en su carta y pide que sean liberados junto a él. "Lo que sería lamentable y hasta de una bajeza moral que se excluyera de una solución viable positiva algunos de los afectados que aún permanecemos en las cárceles cubanas, sobre todo aquellos que llevan más tiempo en prisión, porque estos naturalmente han soportado un mayor castigo", recordó en su misiva.