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26 febrero 2015 4 26 /02 /febrero /2015 11:56

Por: Gabriela Esquivada

 

El régimen de los Castro y el gobierno de EEUU retoman las rondas de negociación. Infobae consultó a especialistas que analizaron de dónde se parte y adónde se puede llegar en esta etapa nueva

Crédito: Reuters

Esta semana, el 27 de febrero, los Estados Unidos y Cuba volverán a reunirse –el primer encuentro, el 22 de enero, fue en La Habana; ahora, será en Washington– para continuar el diálogo que se abrió en diciembre pasado luego de más de medio siglo sin relaciones diplomáticas. Si la ronda inicial se dedicó a discutir la reapertura de embajadas y enumerar los temas que importan a cada país, este encuentro profundizará algunos de esos puntos.

Hay temas sobre los que ya se ha avanzado en momentos específicos del pasado: migración, lucha contra el narcotráfico, cooperación en desastres, protección del medioambiente.Incluso el diálogo militar ha sido más fluido que los intercambios sobre derechos humanos, libertades públicas, lista de países que apoyan el terrorismo o el embargo.

El presidente Barack Obama ha tomado algunas medidas para colar algunos intercambios económicos por huecos involuntarios de la Ley Helms-Burton, la normativa principal del embargo. El departamento del Tesoro y el departamento de Comercio enmendaron la reglamentación que les incumbe para introducir "una nueva provisión que autoriza la importación de ciertos bienes y servicios producidos por emprendedores independientes cubanos".

Entre la lista, se destacan productos que los estadounidenses comprarían: automóviles (los antiguos Buick, Plymouth o Pontiac de los tiempos prerrevolucionarios), ron y tabaco (que causarían colisiones legales con las marcas Havana Club y Cohiba, que no se le renovaron a Cuba por una ley estadounidense de 1998). Tampoco animales vivos y vegetales, aunque la isla tampoco podría exportarlos: por su baja producción, debe importar el 70% de sus alimentos.

"Las personas sujetas a la jurisdicción de los Estados Unidos –sigue el texto del departamento de Estado sobre las medidas del Tesoro y Comercio– están autorizadas por licencia general a enviar remesas a individuos y a entidades independientes no gubernamentales en Cuba para, entre otras cosas, apoyar el desarrollo de negocios privados, incluidas las granjas pequeñas, y que los exportadores de los Estados Unidos puedan vender comercialmente ciertos bienes para el uso de los emprendedores".

Para entender el impacto potencial de esas medidas, Infobae consultó a tres especialistas en estudios cubanos, que analizaron de dónde se parte y adónde se puede llegar en esta etapa nueva.

¿Cambió algo desde que asumió Raúl Castro?

"Últimamente, todo el mundo quiere saber cómo han cambiado las cosas en las últimas dos semanas, pero el proceso no se limita a las últimas dos semanas nada más", ubicó la profesoraSilvia Pedraza, cubana y especialista en el tema del departamento de Sociología y en el de Cultura Americana de la University of Michigan (UM).

En efecto, antes del 17 de diciembre, la economía cubana mostraba algunos cambios derivados de las reformas que Raúl Castro ha implementado desde 2008, como la apertura al cuentapropismo, la compraventa de inmuebles y automóviles, la autorización de cooperativas rurales (y luego, las no rurales) y la asociación de cooperativas en unidades más grandes.

"Desde que Raúl cogió el poder, él ha podido implantar esas reformas económicas y más: por ejemplo, legalizó los celulares", siguió Pedraza. "Creo que él siempre tenía deseos de hacerlo, pero si uno ve la historia de la Revolución Cubana, Fidel Castro no lo permitía".

Dio un ejemplo: la oferta de verduras y frutas. "Una vez que los pequeños productores le venden la cuota al Gobierno, pueden vender el resto privadamente en los agromercados. La gente come mucho mejor y está más contenta, es una reforma muy positiva. Pero ha pasado tres veces o más en los últimos cincuenta años, y cada vez, Fidel Castro se interponía y los cerraba: 'Por ahí entra el capitalismo', decía".

Con ella coincide Marifeli Pérez-Stable, profesora de Estudios Globales y Socioculturales en la Escuela de Relaciones Internacionales y Públicas de la Florida International University (FIU): "Las reformas de Raúl Castro se tendrían que haber implementado hace ya mucho. Su hermano siempre se resistió a una reestructuración fundamental de la economía cubana".

No obstante, le despiertan pocas esperanzas: "Las reformas de Raúl Castro no han ido muy lejos ni remotamente. La economía todavía marcha mal, aunque mejor que bajo su hermano. La vida cotidiana de las personas es todavía una pesadilla".

Sebastián A. Arcos, director adjunto del Instituto de Investigaciones Cubanas de la FIU, cree que "la economía cubana es un desastre, y lo ha sido desde los tempranos 60, luego de que el régimen de Castro nacionalizara todas las empresas y los comercios privados, cubanos y extranjeros. Hubo un período de mejora relativa a finales de los 70 y comienzos de los 80, pero las cosas empeoraron luego del colapso de la Unión Soviética, durante el llamado Período Especial".

Para él, el problema de la economía cubana es estructural: "La mayor parte de los economistas están de acuerdo en que las reformas que ha implementado Raúl Castro son muy pequeñas y débiles para despertar un crecimiento económico sustentable".

Pedraza cree que un factor importante ha sido el decaimiento del hermano mayor: "Fidel está demasiado viejo, no tiene la capacidad para imponerse que tenía antes, y eso le ha dado a Raúl una cierta soltura para poner en efecto estas reformas que él siempre había querido. Tampoco se tratan de grandes transformaciones estructurales. Son cosas que le dan un bienestar al que vive en la isla: tener un celular legal, poder viajar fuera del país y volver (aunque cuesta mucho dinero), desarrollar una ocupación independiente (aunque todavía no son todas las que podrían ser). Si bien no van muy lejos, mejoran la vida cotidiana."

¿Qué cambia con los anuncios del Departamento de Estado?

El Departamento de Estado sintetizó las medidas del Tesoro y de Comercio por las cuales los emprendedores cubanos independientes (deben probar que no son parte del Estado cubano: eso sigue prohibido por la Ley Helms-Burton) pueden exporten sus mercaderías a los Estados Unidos e importar, si tienen los recursos. Es posible que el aumento de las remesas jueguen un papel, aunque difícilmente capitalicen un emprendimiento.

"Las nuevas reglas del Tesoro son a la vez complejas, ingenuas e imposibles de ejecutar", enumeró Arcos. "¿Quién y cómo determina cuándo un cubano es un emprendedor sin conexiones con el Estado? Se espera que las compañías estadounidenses que hagan negocios con estos emprendedores controlen por sí mismas que las exportaciones de los Estados Unidos no terminen en las manos del Estado cubano. Pero ¿cómo se puede realizar este comercio si el Estado cubano tiene el monopolio del comercio exterior?".

La autoridad del Instituto de Investigaciones Cubanas opinó con contundencia: "Estas reglas darán como resultado que el Estado cubano se beneficie del 99 por ciento de este comercio con los Estados Unidos".

Pérez-Stable presentó otro problema: las normativas al otro lado del estrecho de la Florida: "Será interesante observar de qué modo La Habana responde a la autorización del gobierno de Obama para que los comercios de los Estados Unidos compren y vendan a los cuentapropistas y contraten profesionales en Cuba de modo independiente. Las leyes y las normas cubanas actualmente no permiten esas actividades".

No obstante, la profesora de FIU observó los hechos como algo que ya sucede: "Hay que empezar en algún lado. No hay panacea para la economía, para ninguna, pero en especial para la de Cuba".

Quizá los cuentapropistas cubanos no tengan mucho para vender a los comerciantes estadounidenses, y los comerciantes estadounidenses tengan precios que no permitan muchas compras a los cuentapropistas cubanos. Pero hay algo destacable en los anuncios, dijo la profesora Pedraza: "Más que nada lo que importa es la nueva idea de que va a haber comercio".

Aún el comercio one way, que lleve bienes de los Estados Unidos hacia Cuba, pueda ser de mutuo beneficio, observó. "En Michigan –el estado donde se halla la UM– les han vendido pavos, por ejemplo. Y estamos teniendo un cierto surgimiento de la industria automotriz: si pudiéramos mandar partes para reparar esos viejos autos, o cosas para reparar las casas, como pintura o cemento, sería muy positivo tanto porque generaría dinero para Michigan y beneficiaría a Cuba en la gran escasez de cosas."

La dirección opuesta le resulta más compleja. "De allá para acá... Ellos han tratado de exportar fruta en los últimos cincuenta años, pero acá la fruta del país se produce en Texas, California y la Florida, y se importa muy poquito. Inclusive la industria del azúcar está por el suelo: en este momento, se produce azúcar a los niveles del siglo XIX. Hoy en día la industria del azúcar la cogió Brasil; Cuba la perdió."

Pedraza apuntó a una exportación muy particular de Cuba, que en 2011 llegó a desplazar al turismo en la generación de divisas: los médicos.

"Tengo sentimientos encontrados, porque es exportar seres humanos como si fueran un comercio", dijo la socióloga de UM. "Y en Venezuela, por ejemplo, es a cambio de petróleo. En los Estados Unidos hay una gran escasez en el primary health care, que es lo que se hace muy bien en Cuba, pero para poder ejercer aquí hay que pasar unas revalidaciones muy difíciles."

¿Cómo se resuelve el problema de la moneda doble?

Además de la falta de un marco jurídico adecuado, la circulación de los pesos cubanos y el peso cubano convertible (CUC) afecta a la población, que sólo puede comprar ciertas cosas (bienes básicos: alimentos que no estén en la libreta, jugos, insumos de baño, utensilios, ropa, ventiladores) en tiendas especiales que sólo comercian en CUC, y también a los que piensan poner su dinero en emprendimientos independientes en la isla mediante las remesas ampliadas.

"La doble moneda en Cuba es un impedimento serio para el crecimiento económico y la inversión extranjera. Esto lo entienden inclusive las élites cubanas", observó Arcos. "Pero es un problema muy difícil de resolver, según la mayoría de los economistas. Requerirá que la política haga ajustes dolorosos e impopulares, pero alguien tiene que hacerlo."

Según la socióloga de la UM, aunque todavía no sepan cómo hacerlo, las autoridades cubanas ya discuten la unificación de la moneda creada en 1994 para controlar el mercado negro, donde un dólar valía veinte veces más que lo que indicaba el cambio oficial. "Pero eso ha generado otros problemas. Es muy difícil tener una economía funcionando y creciendo con una moneda artificial, que no se corresponde con la moneda de ningún otro país en el mundo", destacó Pedraza. "La reforma monetaria va a demorar todavía, pero es una necesidad si quieren ser parte del mundo moderno, estar integrados con otros países de América Latina o los Estados Unidos o Europa. También tienen que implementar las tarjetas de crédito y el acceso a la Internet: en el mundo en el que vivimos, no se puede hacer comercio sin financiación y sin acceso a la red".

¿Como China, pero en el Caribe? ¿O como Vietnam?

En numerosas ocasiones, el gobierno cubano se ha manifestado enamorado de los modelos económicos de China y de Vietnam, países comunistas que atravesaron una apertura o transformación para integrarse al mercado internacional. Son muchas las diferencias entre China y Cuba: mucha población rural contra mucha población urbana; una demografía que permite un mercado interno enorme, contra un pequeño país de 11 millones de habitantes; una capacidad de producción única contra un sistema que no fomentó un aparato productivo; gran distancia geográfica de los Estados Unidos contra 90 millas de costa a costa, entre muchas otras.

Más que al caso de China, el funcionario del Instituto de Investigaciones Cubanas apuntó al de Vietnam: "Para convertirse en un Vietnam del Caribe, Cuba necesita niveles significativos de inversión extranjera. Estas inversiones sólo llegarán si el liderazgo hace las reformas económicas y jurídicas necesarias para proteger esas inversiones. En todo caso, ninguna inversión extranjera significativa ingresará a Cuba mientras el embargo de los Estados Unidos siga en pie".Arcos lo cuestionó: "No creo que estén enamorados de los modelos de China o Vietnam. Al liderazgo cubano le gustaría tener esa clase de crecimiento, pero tienen mucho temor a realizar las reformas económicas profundas que eso requeriría. Podrían haber seguido este modelo antes, pero no lo han hecho porque temen perder el control".

Aunque China era muy pobre antes de su transformación (en tiempos cuando Mao Tsé-Tung decía que "la hierba socialista es mejor que la comida capitalista"), "Cuba no está ni cerca de donde China estaba en la década de 1980 o Vietnam en la de 1990", dijo Pérez-Stable. Coincidió con Arcos: "Raúl Castro y los militares están enamorados, sobre todo, del poder. Sus militares son los que controlan la economía".

Antes de la caída del bloque socialista, "Cuba estaba dentro de la órbita de los rusos, y los rusos fueron sus benefactores, y lo son todavía: Putin estuvo en Cuba y perdonó 32.000 de los 35.000 millones de dólares de la deuda que Cuba había contraído, y que no iba a pagar nunca", agregó. Le preocupa: "No es un favor, algo quieren de eso".Pedraza recordó que China era muy pobre y todavía lo es en ciertas partes. "Vale la pena pensar en el modelo de China y también en el de Vietnam", dijo. "Es casi un fenómeno que Cuba se acerque a China: como su relación fue siempre con la Unión Soviética, y los soviéticos y los chinos eran enemigos, en Cuba nunca se hablaba de China desde el punto de vista de un país comunista que podría haber sido un mejor modelo que Rusia, por ser un país agrícola."

La socióloga de la UM destacó otras diferencias: "China se ha especializado en manufacturas. La gente trabaja con mucha disciplina en líneas de montaje, algo que en Cuba nunca ha existido. En Cuba había azúcar, tabaco, productos agrícolas y una pequeña clase media profesional, pero factorías casi no había." En su opinión, cuando Raúl Castro apela al modelo chino quiere decir "que quieren abrir la economía al capitalismo, pero dejar la política cerrada, en manos del gobierno".

Agregó: "La comparación con Vietnam es mejor. Es un país chiquito, como Cuba; con una base agrícola que siempre ha sido parte de su historia. Y Vietnam ha logrado registrar crecimiento económico muy bueno. Conozco gente que fue a estudiar el caso y trajo una lección para Cuba: la importancia de la pequeña empresa. Ahí hay un patrón que Cuba puede seguir a partir del cuentapropismo".

Fuente: Infobae

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