Muchas se sienten perseguidas. No tienen un lugar donde congregarse ni son reconocidas por las autoridades
Por Magaly Otero Suárez.
La Habana/ 3-10-2016
Al caminar por las calles de La Habana, encontramos a mujeres ejerciendo el oficio de cartománticas. Pero ¿es un don o una profesión que se aprende?
“Eso viene conmigo desde la edad de 13, 14 años, porque Santa Bárbara la tengo hecha desde la edad de 11 años”, dijo Ramona Miranda, una señora que se sienta cada día en los alrededores de La Ceiba del Parque de la Fraternidad en la capital habanera.
“Mi mamá tenía hecho santo. Sin embargo nosotros éramos ocho hermanos y ninguno estábamos en la religión, ni recibiendo prendas religiosas. Yo fui la que siempre le seguí los pasos a ella”, explica Miranda.
En cambio la experiencia de María de la Caridad Amorós es otra. “Nací con un Don. Con una gracia, que sueño cosas, me dicen cosas en sueños. Empecé así”.
Afirma que “la cartomancia es una profesión muy bella. Nace con la persona, es un Don, una gracia”.
El Don de aconsejar, de predecir el futuro a través de las cartas, es una forma de vida para estas mujeres cubanas. Las cartománticas obtienen su sustento trabajando en sus casas y la mayoría de las veces en las calles de la capital.
Según Miranda las autoridades otorgaron licencia para la santería, incluyendo tirar las cartas en las casas. “Cuesta 70 pesos cubanos y en la calle según el lugar. Es una cosa lógica, si es un área de muchos extranjeros, se sabe que da dinero”.
“Yo consulté gratis a diversas personas, porque las hay que vienen con problemas, llorando. Y me han dicho ¡Ay tía, no tengo el dinero, tengo problemas! Y yo les respondo que se sienten”, dijo Amorós.
Según un constructor de la capital, que no quiso dar su nombre, “para mí no es un engaño lo que hacen estas mujeres, porque seguro le dicen lo mismo a todo el mundo. Yo no creo en nada. Ni en santo, ni en la suerte, ni en las cartas, solamente en Dios”.
Para Miranda: Los cristianos se han hecho famosos, conmigo se han hecho famosos, porque han venido con un fuete de algunos farsantes que los estafan.
Amorós: Nosotros les hacemos el bien a las personas, no los estafamos.
La cartomancia también implica sentido común y ética
“Por un dólar las personas no deberían desgraciarle la vida, a la gente, ni causar sufrimiento en una familia. Las cartománticas tienen que saber mucho, con mucha inteligencia. Las cartas que se les tiran a los adolescentes cómo las tiran, sobre todo si hay desavenencia en el amor. No empezar a decir que no hay regreso, que hay brujería, no, que utilicen el amor, la dedicación, en esos adolescentes tanto varones como hembras, con amor para que ellos salgan del bache donde cayeron”, señala Miranda.
Amorós dijo “hace poco consulte un hombre que me dijo que iba a matar a su mujer porque le estaba pegando los tarros (traicionando), que tiene otro, y yo le dije ¡No haga eso, déjela!, Dese un baño de azucena, échese perfume…y luego me han dicho. Es verdad, usted tiene razón. Ya vendrá otra muchacha que me quiera.
Mitos o realidades de las cartománticas
“Yo les he dicho cosas a personas que me consultaron y me preguntan ¿Cómo usted lo sabe, porque el babalawo no me lo dijo?, y sin embargo yo sí se lo dije, explica Amorós.
Las mayores satisfacciones de una cartomántica, según Miranda: Cuántos besos, cuantos abrazos yo recibo. Ese es el mejor premio que recibe una cartomántica de sus ahijados.
Amorós: Que después vengan a vernos y nos digan: Lo que usted me dijo fue cierto.
Para conocer si existe una asociación que reúne a las cartománticas en Cuba, en busca de respuestas, sobre este tema, llamamos a la fundación Fernando Ortiz.
“No tenemos ideas de dónde se reúnen esas personas. Publicamos una revista, llamada Catauro. Tratamos, sobre temas enológicos, temas de antropología, pero no sobre cuestiones de cartománticas”, dijo una especialista de la Fundación Fernando Ortiz.
¿Qué piden las cartománticas en Cuba?
Miranda: Que la economía que tenemos en Cuba mejore, para nosotros vivir un poco mejor.
Amorós: Ojalá que las autoridades nos ayuden, porque somos muchas que estamos regadas. Llevamos años por los alrededores, hoy aquí, mañana allá. Que nos den un lugar donde nosotras podamos estar. Lo que nosotros hacemos es ayudar a las personas. Y los que vienen con problemas, los ayudamos.
La adivinación para todos los que creen en el destino, puede encontrar esta mano amiga en las calles de La Habana.
Fuente: Prensa Independiente/ Hablemos Press