Mis felicitaciones para Henrique Capriles por esa manera vigorosa y acertada de retar a Maduro: ese lenguaje firme del que sabe que es muy superior a su adversario y que podría derrotarlo, a pesar de la manipulación tramposa y electorera del cadáver de Chávez. Pero al lado de -y, si fuese necesario, en contra de- todo lo que indiquen los asesores y especialistas electorales, Capriles podría darle a su campaña un toquecito de sofisticación Ideológica e intelectual; una muestra clara, por más que sea tangencial y secundaria, de que maneja los grandes temas que definen hoy (en el mundo) a la Política, la Ideología, la Economía, la Ética y, mas aún, a la inevitable formulación de unModelo de Sociedad. Uno que sea la Síntesis de la confrontación entre Comunismo y Capitalismo. Léase bien: no la síntesis del Comunismo y el Capitalismo (¡¡que Dios nos salve de cualquier Tercera Vía!!), sino la síntesis o el resultado del choque entre ellos; o sea, del triunfo nítido del Capitalismo. 

Capriles tiene que dar muestras de que maneja lo esencial de ese panorama ideológico mundial. La tragedia que aqueja a la Humanidad después de -y a raíz de- la Caída del Muro de Berlín y del Comunismo Soviético que se hizo capitalista. Lo mismo que pasó con China y Vietnam (miserables "Explotadores del hombre por el hombre") que asumieron el Mercado. Esa tragicomedia dolorosa de Fidel Castro, avalando la reinserción de Cuba en la Civilización Occidental, después de 55 años de haber condenado a su país a la miseria, con el chiste de que iban a crear el Comunismo. De alguna forma, por más discreta que sea, ¡¡por más que no mencione siquiera la palabra Comunismo!!, Capriles tiene que decir que Chávez fue comunista. Que sus agresiones brutales a la Propiedad Privada, sus expropiaciones miserables (¡¡Exprópiese!!) y sus feroces ataques al Capitalismo iban muy en serio. 

De alguna forma Capriles -o su equipo- tienen que difundir el video de aquel famoso Programa de TV, en el que Chávez se declaró Marxista y asumió la defensa de las zonceras de Marx. De alguna manera -explícita o solapada, abierta o encubierta- Capriles tiene que decirle a la gente que el Marxismo y el Comunismo ¡¡son exactamente lo mismo!! Que no fue por casualidad que Marx y Engels escribieron el Manifiesto Comunista, un pasquín que en 1848 postuló una sociedad radicalmente inviable. Una magna mentira que duró 141 años, hasta que en 1989 se desplomó sola, sin disparar un tiro... de tan absurda, utópica e ilusa que era. 

Capriles tiene que dar muestras, por secundarias que fueren (por mucho que no sean lo esencial de su campaña), tiene que dar muestras de entender a cabalidad hasta qué punto la Caída del Muro de Berlín y del Comunismo redefinieron el mapa ideológico, político e intelectual de la Humanidad. No solo por la liquidación del Comunismo (ni por su efecto colateral positivo: el poder denunciar al Chavismo por comunista); no solo por ello, decía, ¡¡sino porque pusieron sobre el tapete la necesidad de juzgar y evaluar al Capitalismo!! A la Economía de Mercado, que se quedaba sola en la escena, con sus dos Doctrinas Políticas básicas, la Socialdemocracia y el Socialcristianismo ¡¡absolutamente agotadas!! Sin ninguna Ideología que las sustituyese. Un reto inmenso, frente al cual Capriles (tal vez, quién sabe, a lo mejor) algo, por poco que sea, debería decir. Porque ese es el aspecto político esencial que confronta hoy la Humanidad; y el tema de mi próximo artículo. De la relación de todo ello con la Ética y el Cristianismo, me ocuparé en el siguiente.  

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