Quedan cada vez menos posibilidades de que el conflicto de Siria se resuelva por vía política. 

La intervención militar desde fuera parece cada vez más factible, a no ser que ocurra algo fuera de lo común como un golpe de Estado que facilite el cambio de régimen. Tras la reciente reunión de la Asamblea General de la ONU en Nueva York dedicada a Siria, no cabe duda de que tal cambio ocurrirá.

¿Amigos o enemigos de Siria?

Los participantes de la mencionada reunión, un evento de alto nivel internacional, acusaron al presidente de este país, Bashar Asad, de crímenes contra la humanidad.

En Nueva York continuó la discusión impulsada hace unos días en El Cairo en torno a la nueva iniciativa de los países árabes: formar un 'grupo de Amigos de Siria'. La reunión inaugural de este grupo está prevista para el 24 de febrero en Túnez. El grupo no tardará en reconocer al opositor Consejo Nacional Sirio para entablar un diálogo constructivo.

Rusia rechaza esta idea pero no es capaz de contraponerle otro plan. El ministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguei Lavrov, exigió “explicaciones” con respecto a la reunión convocada en Túnez, especialmente la respuesta a una pregunta muy concreta: ¿Qué son los que se hacen llamar los 'Amigos de Siria'? Cabe recordar que son la misma clase de preguntas retóricas que el titular formuló el año pasado en el caso de Libia.

Y a pesar de que no se trata de momento de una operación militar en Siria, el grupo de 'Amigos de Siria' se asemeja demasiado al análogo grupo de 'Amigos de Libia' creado en 2011 e integrado por varias decenas de países que apoyaban a la oposición libia en su lucha por derrocar el régimen de Muammar Gadafi.

Sin embargo, hay ciertas diferencias. En Libia los bombardeos empezaron enseguida, mientras que en Siria los observadores árabes intentaron detener el conflicto y ahora se baraja la posibilidad de enviar a Damasco a inspectores internacionales de la ONU.

Al presidente sirio Bashar Asad no ve con buenos ojos esta idea. Pero sus adversarios trazarán un nuevo plan de acción en Túnez próximamente.

Adolescentes protagonizan el conflicto

El punto clave en la agenda de la reunión de la Asamblea General de la ONU, que reunió a los representantes de 193 países miembros de esta organización internacional, fue el informe de la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Navy Pillay. Calificó lo que está ocurriendo en Siria como crímenes de lesa humanidad, y está dispuesta a entregar el expediente elaborado por su Oficina a la Corte Penal Internacional.

La opinión de los diplomáticos rusos, que sostienen que ambas partes son responsables de este conflicto civil, no encontró apoyó entre la mayoría de los miembros de la ONU, que critican principalmente al gobierno oficial del país.

El conflicto en Siria dura ya once meses exactos y durante este tiempo, según informó la Alta Comisionada, el numero de víctimas habrá superado unas 5.400 personas, aunque “nadie conoce la cifra exacta, y cada día muere más gente”.

Actualmente, según los datos de la ONU, en las cárceles de este país árabe se encuentran recluidos al menos 18.000 presos políticos. Los que consiguieron salir de prisión y huir del país cuentan horrores sobre las torturas sufridas. En particular, Navy Pillay indicó que hay datos sobre “los casos de violación sexual a la que se someten los jóvenes y adolescentes arrestados”.

Fue precisamente un arresto de adolescentes en la ciudad siria de Deraa lo que dio origen a la revuelta nacional. A mediados de marzo del año pasado pintaron en alguna pared el lema más célebre de estos meses en el mundo árabe: “El pueblo quiere derrocar al régimen.”  El incidente, inspirado por las revoluciones en los países vecinos, no se habría conocido fuera del lugar si la policía no hubiese detenido a los chicos. Uno de los generales que ordenó el arresto resultó ser, además, un familiar lejano del presidente Bashar Asad, lo cual no es de extrañar en un país donde la vertical de poder se forma de acuerdo a las leyes tribales.

Al mismo tiempo, los servicios secretos en Siria tienen competencias muy amplias y, al no estar controlados, se permiten actos especialmente crueles. Cuando los adolescentes detenidos llevaban mucho tiempo desaparecidos la gente salió a la calle, lo cual provocó nuevas detenciones.

Hamza Alí al-Jatib de 13 años, cuyo nombre se convirtió para mucho árabes en el símbolo del conflicto en Siria, salió a manifestarse en abril. Su cuerpo sin vida con claros signos de tortura no fue entregado a la familia hasta junio. Lo mismo ocurrió a varios amigos del menor,

No hay donde huir en Siria

En su informe la Alta Comisionada de la ONU (abogada de gran prestigio, empezó su carrera profesional en Sudáfrica, donde había nacido en una modesta familia de origen hindú) señaló que en once meses huyeron 25.000 ciudadanos de Siria, la mayoría a Turquía, pero también a Líbano, Jordania e incluso al convulso Irak. Los que tienen dinero se van al Occidente o a los países árabes ricos. Además, unas 70.000 personas se trasladaron a lugares más tranquilos dentro de Siria, aunque cada vez quedan menos lugares así en el país. Por ejemplo, la ciudad de Alepo, situada en el norte, lo fue en cierto modo el año pasado, pero a partir de 2012 también empezaron las protestas. El 10 de febrero al menos 28 personas murieron tras un doble atentado, después de que dos coches bomba explotasen frente a sedes de las fuerzas del orden. 

En la ciudad de Homs, la más afectada por los disturbios, la situación es muy grave, destacó Navy Pillay en su discurso.

En diez días fueron asesinadas allí unas 300 personas. Los barrios residenciales de la población, según afirman los defensores de los derechos humanos, han sido atacados en los últimos días por artillería y tanques. Las autoridades sirias aseguran que casi 2.000 muertos son militares, policías y agentes se los servicios secretos. El discurso del embajador sirio ante la ONU Bashar Jafari fue muy crudo. Dijo que en Siria actúan grupos terroristas de Al Qaeda, que la oposición está armada y que la población civil muere en los atentados.

Moscú y Pekín pidieron prestar atención a los argumentos de Jafari, mientras hicieron uso de su derecho de veto por segunda vez en los últimos cuatro meses para bloquear la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU. El documento preveía la dimisión del presidente sirio por no conseguir establecer el control sobre una situación que cada vez parece más una guerra civil.

Continúan las discrepancias entre las potencias mundiales en torno a como gestionar el conflicto en Siria. No obstante, cada vez son más los países que responsabilizan al régimen por el descontrol en este país árabe. La Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos ya ha dado el último aviso a Bashar Asad.

LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI