“El triunfo de Hugo Chávez fortalece la penetración política y militar iraní en
América Latina, con sus plataformas para misiles Shahab 3 –sobre la costa
caribeña venezolana y con un alcance de 3.000 kilómetros, apuntando a la Florida-,
y en su carácter de patrocinador del terrorismo internacional, por intermedio de las células dormidas deHezbollah en el bloque ALBA que lidera Venezuela y en la
región de la Triple Fronteraentre Argentina, Brasil y Paraguay. Estas circunstancias constituyen una amenaza para todo el hemisferio occidental”, sostuvo el Dr.
Shimon Samuels, director de Relaciones Internacionales del Centro Simon
Wiesenthal.
El director para América Latina del mismo centro coincidió con sus declaraciones.
“Es muy probable que fuese Chávez quien haya facilitado el reciente diálogo entre Argentina e Irán, claramente orientado a clausurar tanto la investigación del
ataque terrorista contra la AMIA como los pedidos de captura de los iraníes
sospechados de complicidad en esa atrocidad”, añadió.
El Centro puso de relieve la incitación antisemita, en vísperas de la elección, por
parte de Alberto “Chino” Farías, jefe del grupo paramilitar venezolano Movimiento Revolucionario Tupac Amaru (MRTA), quien atacó al candidato opositor al
nombrarlo como el “israelí Capriles Radonski”.
En una entrevista concedida al periódico español ABC en su oficina de la
Comisión Permanente de Ciencia y Tecnología de la Asamblea Nacional
venezolana, Farías dijo que en las elecciones se enfrentaban “dos tendencias:
la de la oscuridad representada por la burguesía venezolana, que simboliza la
familia israelí de Henrique Capriles Radonski, y la de claridad, transparencia,
cristiana y socialista que representa Hugo Chávez”.
En el reportaje, Farías habló acerca de sus contactos telefónicos con el terrorista venezolano “Carlos” Ilich Ramírez (preso en Francia por homicidio), y de sus
alianzas con la ETA y las FARC. En relación con el asesinato de tres
simpatizantes de Capriles Radonski durante la campaña, dijo que “en toda
guerra hay muertos”.
“Chávez ha institucionalizado el nexo antisemitismo-terrorismo como una política
de Estado venezolana, ratificada por las declaraciones de Farías, quien revela los
lazos del gobierno con el terrorismo internacional. Seis años más del eje Caracas – Teherán podrían ser tan peligrosos como un Afganistán con petróleo”, indicó
Samuels.
“Farías es un funcionario gubernamental con despacho en la Asamblea Nacional.
Su alusión al origen judío, falsamente ‘israelí’ de Capriles Radonski pone en riesgo
a la comunidad judía venezolana. Como política de prevención de daños, Chávez
debe condenar públicamente esas declaraciones y remover a Farías de sus
funciones políticas”, concluyó Widder.