Al Médico le habían advertido: “de mantener su relación íntima con la activista opositora Jennifer Fonseca, podrían peligrar su carrera médica y su familia”

La Habana/ 24-7-2014

No bastaba que en la mesa 12 de inmigración del aeropuerto Internacional José Martí, la funcionaria de turno le ordenara retroceder, diciéndole: “lo siento, usted no puede viajar porque está dentro del grupo de profesionales regulados”. El pasado sábado, a Roberto González Ibáñez lo expulsaron del Hospital Freire de Andrade (Emergencia), donde cubría medicina general y terapia intensiva.  La expulsión fue decidida en una reunión, encabezada por el director del centro, el doctor Manuel Blanco Pago.

El Dr. Pego le comunicó  a González Ibáñez que por ausentarse el día 6 de julio al trabajo, y por querer viajar al exterior sin informarlo se le aplicaba la expulsión inmediata del hospital  y, además, se enviaba una solicitud al Ministerio de Salud provincial para su inhabilitación como médico.

Tras su expulsión del hospital, Cubanet volvió a hablar con González Ibañez:

¿Cómo te surge la idea de viajar a Ecuador y por qué?      

“Me enteré a través de un amigo de algunos programas ecuatorianos que daban posibilidad para trabajar allí. No es un secreto, las pésimas condiciones de vida de los médicos aquí en la isla, aun con el aumento de los salarios que recientemente le concedió el gobierno. Es por ello, que decidí viajar por mis propios medios a este país, ya que parecía una buena oportunidad ir a Ecuador en búsqueda de mejoras económicas”.

Si bien la  reforma migratoria permite a los cubanos viajar al exterior sin la llamada carta blanca, existen regulaciones para viajar los profesionales de la salud. ¿Qué te hizo pensar que podías salir teniendo en cuenta que eres médico?

Según la gaceta oficial del 2012, los médicos regulados son los administrativos, los que laboran en objetivos estratégicos, como centros de investigaciones con algún experimento secreto. En mi caso, jamás he trabajado en ningún hospital que atienda a la elite gobernante, ni con información clasificada. Sencillamente era un simple médico del Hospital Emergencias, de donde otros médicos  han salido sin problema ninguno.

¿Te fue fácil obtener los papeles que necesitabas para viajar?

En un pasillo del Hospital de Emergencias de La Habana

Si yo estuviera entre los médicos regulados, ni siquiera me hubieran dejado sacar mi pasaporte, por lo que es de suponer que una mano negra está detrás de negarme la salida y de mi expulsión del hospital. –Y agrega el medico– En los artículos 23, 24 y 25, de la nueva Ley de Inmigración, dice: los ciudadanos cubanos residentes en el territorio nacional no pueden obtener pasaporte corriente mientras se encuentre comprendido entre los siguientes grupos: bajo un proceso penal, tener pendiente el cumplimiento de una sanción penal, encontrase sujeto a sus obligaciones del servicio militar, cuando razones de defensa y seguridad nacional así lo aconsejen, y cuando otras razones de interés público lo determinen las autoridades facultadas .

¿Has establecido algún proceso de reclamación?

Me dirigí el 16 de julio al Departamento de Atención a la Ciudadanía de Inmigración Nacional, ubicada en 22 entre 5ta y 7ma, allí una Teniente Coronel, me aseguró que yo no estaba regulado de parte del Ministerio del Interior, pero no podía decirme  si existía algún tipo de impedimento por parte del Ministerio de salud pública. Dos días después, pude comprobar que el Ministerio de Salud Pública había regulado mi salida del país por ser portador de un supuesto secreto. Era necesario, que me dirigiese al “departamento de regulación y control” de Ministerio de Salud Pública, para esclarecer mi situación.

¿Pudiste saber cuál era el secreto y porqué te expulsaron del hospital?

Jamás hubo ningún secreto, como tampoco tal departamento de Regulación y Control. Solo existía el Registro Profesional que, tampoco conocía del mencionado secreto. Fue entonces que al día siguiente me atendió el Director Nacional de Recursos Humanos del Ministerio de Salud Pública, quien se responsabilizó con dicha regulación. Me dijo, “olvídate del secreto” y adujo que tenía información de una ausencia a mi guardia el día 6 de julio, y que por esa razón estaba bajo un proceso laboral. Me di cuenta entonces que este señor fue utilizado por la policía política para dar la cara.

Cubanet pudo comprobar que mucho antes de que le prohibieran salir del país, y lo expulsaran del hospital de Emergencia, González Ibáñez venía siendo hostigado por la seguridad del estado cubano. En más de una ocasión le habían advertido que “de mantener su relación íntima con la activista opositora Jennifer Fonseca, su carrera médica podría peligrar y podía perjudicar a su familia”.

Roberto González Ibáñez está actualmente casado con Jennifer. Matrimonio por el que paga un altísimo precio

Fuente: Cubanet.org