Belén Palancar.

“Es una pregunta muy comprometida, estamos hablando por teléfono y ahora mismo nos escuchan. Pero no pasa nada, yo se la contesto”. Ni el encierro en la cárcel durante casi ocho años ni las torturas psicológicas ni los espías del régimen han conseguido amedrentar a Héctor Maseda, el último disidente cubano de la Primavera Negra de 2003 liberado por el régimen de los Castro.

Pero Maseda podría haber salido mucho antes de prisión si hubiera aceptado la condición de la dictadura: el exilio. Y es que el Gobierno cubano se comprometió en julio, tras una pequeña negociación con el Ejecutivo de Rodríguez Zapatero, a excarcelar a 52 opositores de la Primavera Negra. Cuarenta disidentes aceptaron el contrato pero no pudieron escapar a la letra pequeña. Si salían de la cárcel, inmediatamente ponían rumbo a España y se olvidaban de regresar a su país para siempre. “Para mí, el combate está en La Habana; desde el exilio se ha demostrado que no se consigue nada”, indica el periodista.

Maseda, marido de la dirigente de las Damas de Blanco, Laura Pollán, tiene claro que gracias a la incansable lucha de Orlando Zapata, Guillermo Fariñas, las Damas de Blanco y la mediación de la Iglesia católica, los Castro se están viendo forzados a acometer algunas reformas en su Gobierno. “Reformas, que no cambios”, insiste el opositor. “Están desesperados por la situación económica crítica que atraviesa la isla. Por eso, como necesitan fondos, maquillan su régimen opresor con estas excarcelaciones y destierros ante la UE y EE UU”, subraya el ex preso.

Lo que sí es cierto es que Raúl Castro ya no oculta la asfixia en la que viven y ya no se corta en afirmar en público que “o rectificamos o nos hundimos”. Después de pronunciar ese discurso el pasado mes de diciembre, el hermano pequeño de Fidel dejó en la calle a 500.000 funcionarios cubanos con el objetivo de poner en marcha el sector privado en la isla. Maseda, al conocer estas nuevas medidas, se echa las manos a la cabeza. “Si no nos dan los recursos necesarios para poner en marcha nuestros negocios, por mucha independencia que nos den, no podremos competir contra el Estado. No hay sociedad que avance si no tiene una base económica. Y nosotros no la tenemos. Las libretas de abastecimiento ya no ofrecen ni jabón ni carne ni patatas. No tenemos qué llevarnos a la boca”, explica Maseda.

Por eso, el disidente ruega a EE UU y a la Unión Europea que no cedan un ápice ante el régimen. “Cuando el ministro español Moratinos intentó por todos sus medios tumbar la Posición Común de los Veintisiete nos estaba haciendo un flaco favor a los cubanos. Por suerte, ya no ocupa esa cartera y veremos ahora qué hace la ministra Jiménez. Moratinos se limitó a coquetear con una tiranía que lleva 52 años en el poder”, puntualiza.

“Si la comunidad internacional cambia su postura frente a Cuba y empieza a enviar dinero, ese dinero no va a parar a la población, se lo queda la cúpula directiva y lo único que hacen es dar oxígeno a un moribundo gubernamental”, explica el opositor.

Tender la mano

Maseda no tiene ninguna duda de que el Estado cubano ha ido sobreviviendo gracias a la ayuda de sus aliados. Primero de la URSS y tras su caída en 1989, gracias a Gobiernos como el de Hugo Chávez quienes han tendido la mano a los Castro, “porque a ellos también les convenía sumar más amigos frente a los enemigos estadounidenses”.

En sus primeras 48 horas de libertad, Maseda ha podido volver a abrazar a su mujer, hablar con sus familiares y atender a la prensa. Pero también el periodista ha podido ponerse al día y leer los diarios que cuentan la caída de los regímenes de Ben Ali y Hosni Mubarak por la presión de las revueltas populares en sus respectivos países. Por eso, los rumores no han cesado y según algunos expertos Cuba podría imitar los pasos de los argelinos y egipcios. Pero el opositor no cree que en la isla se repitan los episodios del Magreb. “Está claro que nuestra situación política es crítica y económicamente nos asfixiamos por lo que yo auguro que en 2013 el régimen estallará. Sin embargo, nuestra historia y cultura son diferentes a las de los árabes. Existe una conciencia social, pero nos falta unidad y un fuerte liderazgo”, dice.

Maseda entró entre rejas con Fidel en el poder y salió con Raúl al mando. Pero para el opositor, Cuba sigue viviendo bajo las garras del mayor de los Castro porque “Raúl está sometido al criterio de Fidel”. “Los dos hermanos –continúa– son muy distintos. Raúl es consciente de las reformas que necesitan , es mucho más práctico y ha conseguido militarizar a todo el país. Pero como Fidel sigue vivo, es él el ideólogo y quien se niega a perder ni un ápice de poder”. Ahora Maseda hará oposición a Raúl, a pesar de que el régimen le ha advertido que como se salte las leyes, “ya sabes lo que te espera”.