Armados de palabras sinceras

Por: Oscar Peña

Enero 18 de 2011

Publicado en el Nuevo Herald

Los que hemos escuchado o leído las últimas palabras del general Raúl Castro tenemos que concluir que algo se ha ganado con el sucesor. Me refiero a que el nuevo jefe ha inferido públicamente que el desastre de Cuba no es por culpa de los norteamericanos y su mal llamado “bloqueo”. Hoy se reconoce y admite que los problemas de Cuba son culpa del sistema al precisar “estamos bordeando el precipicio por nuestros errores”.

También el pueblo ha sido invitado y autorizado a hacer críticas. Suponemos que no habrá más presos políticos y que militantes del Partido Comunista de Cuba (PCC) como el académico Esteban Morales del municipio Playa en La Habana no sean sancionados por expresar un saco de verdades sobre los problemas reales de la isla. Obviamente si no liberan a todos los presos políticos antes del congreso del PCC anunciado y no proponen un cambio del salvaje código penal todo es sólo humo y seguiría el propio régimen fabricando más cubanos de caretas y deshonestos por el miedo y el oportunismo. Debe el pueblo de Cuba tomarle la palabra al general.

Propongo que el pueblo de Cuba en sus diferentes instancias, asambleas de centros de trabajo, de estudios, circunscripción, cuadra y basados en el llamamiento del propio general Raúl Castro de ser sinceros, le transmitan las principales verdades y necesidades que desde hace más de medio siglo tienen en sus mentes. Háganle saber con palabras sencillas del cubano que reside dentro de la isla lo que quieren:

•  Elegir a los dirigentes de nuestras zonas, municipios, provincias y del país que deseamos y no los que nos señalan con las propuestas y artimañas que se practican por la dirección del partido con las biografías “revolucionarias” de los escogidos pegadas en las paredes de un establecimiento público. Queremos elegir nuestros representantes en todos los niveles no por méritos llamados revolucionarios, sino por su compromiso de hacer lo que el pueblo le proponga.

•  Que nos evalúen para trabajar por la calificación técnica y profesional de cada uno y no por los méritos revolucionarios que exprese el comité de defensa de la cuadra, el partido o la UJC del centro de trabajo o de estudio. Y que a todo joven de talento se le facilite estudiar en la Universidad sin compromiso ideológico o político.

•  Sindicatos verdaderamente independientes que defiendan los intereses de los obreros y no solo los de la administración.

•  Libertad y espacio de escribir y emitir cualquier criterio o juicio político, económico o social en la prensa escrita, radial y televisiva. Es sólo con la participación de todas las opiniones que se encuentra la verdad y el desarrollo de un país. Vivimos sin balance, donde todo se impone desde arriba y es aprobado por una Asamblea de Diputados que son el mejor coro del mundo.

•  Queremos que igual que tienen la posibilidad de invertir en Cuba los capitales extranjeros, también la tengan los cubanos que residen dentro y fuera del país. Cuba debe ser primero para los cubanos y el extranjero después.

•  Queremos construir nuestra sociedad civil donde cada sector pueda organizarse en asociaciones para la promoción de sus actividades y la defensa de sus intereses.

•  Queremos la posibilidad de entrar y salir del país sin ningún permiso especial.

•  Queremos hacerle saber que ya no somos tan ingenuos. Sabemos que en Cuba reina una dictadura de partido único que ejerce un control total. Admitimos que tenemos la atención básica de salud y educación, pero admitan ustedes que sin libertad.

•  Queremos que el Estado no controle todos los detalles de nuestras vidas como si fuéramos niños de 4 años que hay que llevar de la mano. Queremos tener el derecho y la libertad de poder errar, de soñar, de tener ambiciones sanas y honestas, de prosperar y alcanzar dentro de Cuba.

•  Queremos poner punto final a las mentiras cubanas: el gobierno afirma que se cumplen las metas pero no hay nada en las bodegas y las tiendas y una gran mayoría se quiere ir del país.

•  Queremos hacer nuestras las palabras del músico cubano Pablo Milanés, cuando declaró al periódico El Mundo de España con la muerte de Orlando Zapata y el peligro de la de Guillermo Fariñas “que las ideas se discuten y no se encarcelan”

Pueblo de Cuba: tomemos la palabra a Raúl Castro y en todos los rincones de Cuba “asaltemos el Palacio Presidencial y el Cuartel Moncada” de esta época armados solo de palabras sinceras.