La Habana/ 3-4-2014

Cada día despertamos y el dinosaurio continúa estando ahí. Los delegados de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba se reunirán con los generales dueños de la isla-finca durante los días 11,12 y 13 de este mes.

En las tediosas colas que los miembros de la UNEAC hacen para  Internet, en la sala de navegación ʺLa Jungla.comʺ, los comentarios son ácidos. Es evidente la falta de respeto hacia ellos y el ninguneo de su opinión por parte de la cúpula de la institución. Los creadores están perdiendo el miedo a decir lo que sienten y piensan:

“Me choco escuchar a (Miguel) Barnet hablar de la UNEAC como la vanguardia espiritual del país– dijo a este reportero un joven dramaturgo– en realidad esto no es más que un corralito donde se apretuja una mayoría intelectual envejecida, conformista y reaccionaria. Tienen mucho miedo a perder las prebendas que propicio la Batalla de Ideas en la década pasada”.

“Después de ver el modo en que se hicieron las reuniones previas al Congreso, lo que yo espero es otro acto de reafirmación revolucionaria — añadió el dramaturgo– el único acuerdo que se va a tomar ahí se resume en esta frase: Decirle a Raúl Castro lo que él quiere oír y este, quizás, hará como que  escucha. En la finca del general, los intelectuales son como el papel higiénico, siempre desechables aunque  políticamente correctos”.

Sala Rubén Martínez Villena, con el cartel del VIII Congreso de la UNEAC

Los miembros más jóvenes, se están negando a aceptar el ambiente de cierre que se respira. La toma de determinadas posiciones de poder dentro de la institución, por parte de personas con un currículo prefabricado, es un hecho también llamativo. La labor de estas, se está enfocando en dividir y desarticular el pensamiento crítico contra el sistema. Son la policía de la cultura vigilando a los asociados e informando a sus superiores:

“Están  infiltrando a sus acólitos en los grupos de descontentos, para saber que se dice y premiando por detrás del tapete las confidencias — dijo un poeta que pidió el anonimato– es una versión pasada por agua, sutil, del ambiente que se respiraba aquí en los 70s, lo cual no deja de ser inquietante”. Se están jugando viejas y grises fichas, aplicando el método Zhadanoviano de  las denominadas listas negras. Manipulando a la membresía, con mecanismos de compuertas para el acceso o denegación a los premios, estímulos u otras prebendas”.

El calamitoso estado en que se encuentran la mayoría de las instituciones culturales, situación que se agrava en las ubicadas en pueblos del interior de la isla, es un hecho: Teatros y Casas de cultura cayéndose. Trafico de influencias, Dinero desfalcado por programadores en contratar a artistas de Reagetton que, a su vez, les pagan “por la izquierda” un por ciento. Censura radial y televisiva. Salarios que no alcanzan…

Peña de poesía

“No se puede hacer promoción cultural con el estómago vacío –hablo una promotora bayamesa– en mi ciudad cerraron la escuela de artes plásticas y los edificios de la de instructores de arte están llenos de filtraciones”. Le mencione el cartel promocional del congreso y la frase de Fidel Castro que aparece en este: La cultura es lo primero que hay que salvar, y me respondió: ” La cultura del país no se salva con ideología podrida, se salva con una economía fuerte y bien administrada. Y para que haya economía, tiene que haber libertad de iniciativa, oportunidades de invertir y prosperar  para los de afuera y para los de adentro”.

El futuro de la UNEAC como dique histórico o valla para controlar el rebaño artístico, está en entredicho. Otra intelectualidad está naciendo de los escombros del miedo, y se está acercando a las fronteras vilipendiadas de la disidencia política. Aunque en este VIII Congreso de la UNEAC , los intelectuales sean como el papel higiénico, siempre desechables.

Fuente: Cubanet.org