No pudo ser. La candidatura de Miguel Ángel Moratinos para presidir la FAO no ha prosperado únicamente por cuatro votos, los que le han separado del brasileño Graziano da Lima. El español contaba con apoyos en todo el mundo, que él creía tener asegurados, y que en el momento de la verdad le han traicionado.

Le cuentan a El Chivato que a Moratinos no le ha sentado precisamente bien el voto de dos países que él consideraba ‘ganados’ para su candidatura: Cuba y Venezuela. Al final, tanto Raúl Castro, como Hugo Chávez, se han inclinado por el brasileño.

Moratinos no se lo esperaba. Pensaba que los dos ‘compañeros’ le votarían, después de lo que él ha hecho por ambos países durante su etapa en Exteriores. Por ejemplo, en 2010, llegó a decir en el Congreso que las relaciones con Venezuela y Cuba eran buenas, tanto en el asunto de posibles entrenamientos de ETA, como en el de los disidentes.

Y ahora, precisamente cuando más los necesitaba, no le han apoyado.

Al ex ministro le hacía ilusión presidir una organización como la FAO. Y se volcó para intentar conseguirlo, recorriendo rincones de todo el mundo. Exteriores puso a su disposición para la campaña a dos jóvenes diplomáticos y una secretaria, así como un despacho en el ministerio. El embajador en misión especial para África, Ramiro Fernández Bachiller, le acompañó en sus visitas a este continente.

Moratinos estaba convencido de que conseguiría la presidencia. Así lo comentaba a su entorno. En concreto, creía que su amistad con Ban Ki Moon sería determinante. En febrero, cuatro meses antes de la votación, recibió el mensaje de que Venezuela le votaría. “Por los servicios prestados”, fue la explicación que hizo llegar Caracas –léalo aquí-. Algo similar ocurría con Cuba.